La importancia de fortalecer los vínculos familiares con los hijos adolescentes.

La importancia de fortalecer los vínculos familiares con los hijos adolescentes.

 

 

Me llama la atención la cantidad de familias con hijos adolescentes en las que hay muy poca o nula relación entre los padres y los hijos. Es como si se aceptara que al llegar a esa etapa, lo normal fuera que se abriera una brecha enorme entre unos y otros que impide cualquier mínimo de acercamiento y reconocimiento mutuo.

 

Forma parte de las características de la adolescencia que los hijos se sumerjan en sus propios mundos, pasando tiempo en sus habitaciones o con sus amigos; de la misma manera que los padres, al verse menos necesitados se sientan desconcertados o distanciados. Pero esos rasgos característicos de ese momento vital no pueden llevarse al extremo en el que la relación entre ambos se vuelva inexistente. Conozco casos de jóvenes que “viven en la bodega”, otros cuyos padres desconocen absolutamente la vida que lleva el hijo, u otros a los que no se les ocurre un sólo tema para mantener una conversación con sus padres. Y parece que es un perfil cada vez más habitual. 

 

No podemos echarle toda la culpa a las nuevas tecnologías. Los videojuegos, las redes sociales, Netflix, Whatsapp, etc, está claro que pueden absorberlos pero eso sería una lectura superficial, quedándonos en la mera manifestación de un problema más profundo.

 

Tampoco me refiero a las familias gravemente disfuncionales donde en ocasiones el adolescente se aísla como forma de protección y supervivencia.

 

Me refiero a la aceptación generalizada de ese distanciamiento abismal entre padres e hijos adolescentes sin mayores problemas. Cuando eso ocurre, los jóvenes buscan una especie de “familia sustituta” en su grupo de pares, evidentemente, igual de naturalmente inmaduros. Los padres, a su vez, intentan aceptar ese suspenso de la relación con diversas reacciones: enfados, reproches, tristeza, frustración, indiferencia, etc.

 

Es fundamental comprender la importancia que tiene mantener la comunicación entre padres e hijos y compartir tiempo en familia, ya que esta conexión es un ingrediente esencial para el bienestar y la salud de todos los miembros del hogar.

 

La comunicación abierta y fluida entre padres e hijos adolescentes es la base para entender las necesidades, preocupaciones y alegrías de ambas partes. Al escuchar a nuestros hijos y expresarles nuestras propias inquietudes, creamos un ambiente de empatía que fortalece los lazos familiares.

 

Cuando los adolescentes se sienten cómodos compartiendo sus pensamientos y sentimientos con sus padres, se establece un ambiente de confianza en el hogar. Esta confianza es crucial para que los jóvenes se sientan seguros y apoyados en su proceso de crecimiento. Para ello, los padres tienen que empatizar con los hijos, ayudarles en el camino y darles ejemplo. No se puede esperar comunicación si todo acaba en sermón, castigos o reproches.

 

Al mantener una comunicación abierta y una relación cercana y afectuosa, los padres se convierten en un apoyo fundamental en la toma de decisiones importantes, como la elección de la carrera académica, la respuesta ante el bullying o cualquier situación difícil. Los padres, como adultos, deberían ayudar a los hijos a desarrollar su pensamiento crítico en torno a la realidad que les rodea. 

 

La comunicación sólida entre padres e hijos adolescentes ha demostrado ser un factor protector frente a conductas de riesgo como el consumo de drogas, el alcoholismo o el comportamiento antisocial. Cuando los adolescentes se sienten escuchados y comprendidos, es más probable que compartan sus preocupaciones, busquen el consejo de sus padres y se identifiquen con sus valores.

 

Además, compartir tiempo en familia mediante actividades en común crea recuerdos valiosos que perdurarán toda la vida. Estos momentos especiales son tesoros que atesorarán tanto los padres como los adolescentes en el futuro.

 

El tiempo compartido en familia puede llevarse a cabo de muchas maneras: a través de rutinas establecidas, como comidas, noches de juegos, paseos, etc. Pero hay otros momentos más sencillos que también pueden aprovecharse: en el coche al colegio, al merendar juntos, en un descanso de los deberes, antes de ir a dormir…Se trata de que sean momentos de encuentro simpáticos, afectivos y nada solemnes. Estas actividades regulares fomentan la cohesión y la conexión emocional entre todos los miembros de la familia.

 

Hay que tener presente que aunque los adolescentes puedan pasar tiempo en sus cuartos o con sus amigos, también anhelan la conexión y el afecto de sus padres. Los hijos, niños y adolescentes, necesitan percibir ese amor incondicional por parte de sus padres. Esto es algo que se siembra desde que son pequeños pero que no debemos dejar de lado cuando empieza la pubertad. La estrecha y sana relación con los hijos siempre será un factor de salud inestimable.

 

By | 2023-08-08T15:23:00+00:00 agosto 2nd, 2023|Categories: Adolescentes, Aislamiento adolescente, Empatía, Padres e hijos, Relaciones familiares|Comentarios desactivados en La importancia de fortalecer los vínculos familiares con los hijos adolescentes.